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Estudios científicos muestran que ver la televisión tiene un impacto negativo en el volumen de materia gris y la estructura del cerebro.
En un estudio publicado en “JAMA Pediatrics” en 2019, se utilizaron exploraciones por resonancia magnética (MRI) para examinar los cerebros de los televidentes. Los investigadores se centraron específicamente en evaluar las características estructurales del cerebro, como el volumen de materia gris y la integridad de la materia blanca, en regiones asociadas con el lenguaje y las habilidades de alfabetización.
Usando técnicas de resonancia magnética (MRI) para medir la estructura cerebral de los participantes, se descubrió que ver la televisión deteriora la integridad estructural del cerebro y está relacionado con niveles más bajos de materia gris. Los investigadores examinaron la relación entre la cantidad de tiempo que los participantes pasaban viendo televisión y el volumen y la integridad de la materia gris en varias regiones del cerebro.
La materia gris es un componente crítico del cerebro involucrado en diversas funciones como la percepción sensorial, la memoria, la toma de decisiones y el procesamiento del lenguaje. Según el estudio, mirar televisión provoca una reducción del volumen de materia gris y alteraciones en la integridad de regiones del cerebro asociadas con las habilidades del lenguaje y las funciones cognitivas.
La materia gris contiene cuerpos celulares neuronales, dendritas y sinapsis, que son esenciales para procesar la información dentro del cerebro. Las reducciones en el volumen de materia gris afectan la capacidad del cerebro para procesar y transmitir información entre neuronas de manera eficiente. Diferentes regiones de la materia gris son responsables de funciones cognitivas específicas. Por ejemplo, las áreas de la corteza prefrontal están asociadas con funciones ejecutivas como la toma de decisiones, la resolución de problemas y el control de impulsos. Las reducciones en el volumen de materia gris en estas áreas podrían afectar estas capacidades cognitivas de orden superior.
La materia gris es especialmente importante en la región del hipocampo para la formación de la memoria y el aprendizaje. El volumen reducido en estas áreas afecta la capacidad del televidente para retener información, aprender cosas nuevas y recordar de manera efectiva. Algunas partes de la materia gris, particularmente en áreas como la amígdala y la corteza cingulada anterior, participan en el procesamiento y la regulación emocional. La reducción en el volumen de materia gris en estas regiones afecta el control emocional y las respuestas al estrés y los estímulos, haciendo a los televidentes mucho más susceptibles a engaños, equívocos y a la manipulación malintencionada.
Las reducciones en el volumen de materia gris son una característica común del envejecimiento y contribuyen al deterioro cognitivo relacionado con la edad, lo que aumenta el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. La reducción del volumen de materia gris, especialmente en regiones críticas del cerebro, puede significar déficits intelectuales en diversos dominios cognitivos y capacidades intelectuales.
Otro estudio publicado en “JAMA Pediatrics” en 2018 descubrió una asociación entre mirar televisión y una menor integridad estructural de las áreas del cerebro involucradas en el lenguaje y el control cognitivo. Específicamente, a medida que se pasa más tiempo viendo televisión, peor y más graves son las alteraciones en la integridad estructural del cerebro en áreas que desempeñan un papel esencial en el desarrollo del lenguaje y otras funciones cognitivas cruciales para la vida diaria, demostrando que ver la televisión es perjudicial para las funciones cerebrales y está relacionado con alteraciones negativas en la actividad cerebral y su conectividad, afectando habilidades cognitivas como la atención, el control cognitivo y el procesamiento del lenguaje.
Un deterioro de la integridad estructural en áreas del cerebro involucradas en el lenguaje y el control cognitivo afecta significativamente la salud mental y la capacidad intelectual debido a los roles cruciales que estas áreas del cerebro desempeñan en diversas funciones cognitivas. Las áreas del cerebro asociadas con el procesamiento y la producción del lenguaje, como el área de Broca y el área de Wernicke, son esenciales para comprender y producir el lenguaje. Una menor integridad estructural en estas regiones afecta negativamente nuestro uso del lenguaje, incluida la capacidad de comprender, hablar y comunicarnos de manera efectiva.
Las regiones involucradas en el control cognitivo, como la corteza prefrontal, son cruciales para funciones cognitivas de orden superior como la toma de decisiones, la resolución de problemas y el control de impulsos. Una menor integridad estructural en estas áreas afecta nuestra capacidad de regular nuestro comportamiento, enfocar nuestra atención, planificar y adaptarnos a nuevas situaciones imprevistas.
La integridad estructural en áreas del cerebro relacionadas con el control cognitivo y las habilidades lingüísticas tiene una influencia enorme en nuestra capacidad de aprendizaje, el rendimiento académico y la adquisición de nuevas habilidades. Las dificultades en estas áreas afectan nuestra capacidad para comprender instrucciones, realizar tareas complejas, como por ejemplo aprender un idioma o tocar un instrumento musical, y sobresalir académicamente. Estas regiones del cerebro también son cruciales para el funcionamiento adaptativo en la vida diaria. Una menor integridad estructural afecta nuestra capacidad de tener buenas relaciones sociales, regular las emociones y tomar decisiones acertadas, lo cual afecta nuestra calidad de vida general y determina nuestro éxito o fracaso en todos los ámbitos.
La menor integridad estructural en regiones críticas del cerebro afecta la capacidad de una persona para adaptarse a nuevos desafíos, regular las emociones, tomar decisiones y mantener buenas relaciones sociales. Estas habilidades son esenciales para todos los aspectos de nuestra vida y la vida de aquellos con los que nos relacionamos. Es nuestra responsabilidad evitar aquellas aficiones o hábitos que la deterioren.
Referencias y lectura recomendada:
“Efectos de ver televisión sobre las estructuras cerebrales y aumento del riesgo de demencia en televidentes: análisis longitudinales”: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10030518/
“Los efectos de ver televisión en el volumen de materia gris en el cerebro”: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34487279/
“El impacto negativo que el mirar televisión tiene en la memoria y la capacidad de aprendizaje”: https://tigercampus.ae/the-negative-impact-of-watching-tv-on-memory-and-learning-ability/
“La prueba está aquí: la televisión realmente pudre tu cerebro”: https://www.theguardian.com/tv-and-radio/2021/sep/13/the-proof-is-in-tv-really-does-rot-your-brain
“Un nuevo estudio muestra que ver la tele te pudre el cerebro”: https://hub.jhu.edu/magazine/2021/winter/tv-brain-study/
“Asociaciones entre el ver la televisión y la integridad de la materia blanca del cerebro en niños en edad preescolar”: https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/fullarticle/2754101
“La relacion entre el tiempo que se pasa viendo la tele y el desarrollo de capacidades intelectuales entre niños de 1 a 3 años de edad” https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/fullarticle/2754101
La siguiente historia esta basada en los estudios clinicos que la preceden, pero son pura ficcion y cualquier parecido con la realidad es solo casualidad y de ningun modo intencionado.
Xavier y Natasha (nombres ficticios) son dos hermanos que dedican varias horas al dia a ver la tele. Esto hace que, a pesar de sus grandes habilidades innatas, su capacidad de desarrollarse como personas y conseguir sus objetivos y sueños privados y profesionales, esté muy deteriorada.
Xavier, envuelto en la mística musical que flotaba en su familia, rodeado de tíos, su primo George Saints y amistades triunfadoras en la industria musical, concebía su futuro como el cantautor más renombrado de todos los tiempos. Su convicción en alcanzar un éxito sin límites era tan grande que hasta sus medias ostentaban autógrafos imaginarios de admiradores imaginarios.
Habiendo abandonado sus estudios más rápido que una pizza enfriándose en una película de Hollywood y sin la menor intención de buscar empleo, defendiendo su causa con un “¡Mamá, soy un artista, no puedes entenderlo!”, su madre lo desterró a Madrid, donde su hermana mayor, Natasha, tenía aspiraciones de protagonizar su propio episodio de reality show.
Los primeros días de Xavier bajo el techo de Natasha estuvieron llenos de grandiosas aspiraciones musicales. Sin embargo, su aversión a tocar conciertos en público y su incapacidad de escribir canciones atractivas dejaban a todos más desconcertados que un gato en un tablero de ajedrez. A pesar del respaldo familiar, Xavier se sentía más inútil que un paraguas en un submarino y se pasaba los dias viendo la tele en vez de practicar y desarrollar sus habilidades musicales.
Xavier atribuía su falta de éxito al “sistema” y a la industria musical, argumentando que eran como esos niveles imposibles de superar en los videojuegos. En realidad, Xavier evitaba el escenario como un vampiro evita el ajo y no lograba escribir una canción original ni aunque su vida dependiera de ello. A lo largo de su vida, solo había escrito un puñado de composiciones insustanciales, prefiriendo tocar melodías famosas de otros artistas, como si la originalidad le provocara urticaria.
Con el tiempo, la dependencia de Xavier de su hermana se volvió más evidente que un elefante en una sala de estar. Xavier participaba en una farsa, simulando solicitar empleos, fingiendo amor por su hermana y tíos, y mostrando un interés tambien fingido en los cantautores más intelectuales y comprometidos para proyectar una imagen de educación e intelecto. También prometía devolver el dinero prestado, mientras su hermana terminaba haciéndose cargo de todos sus gastos y, para colmo, intentando encontrarle trabajos musicales en la industria publicitaria, donde ella trabajaba, como si Natasha fuera su agente, manager y hasta su servicio de habitaciones.
Atrapada en un ciclo de engaño, Natasha ocasionalmente amenazaba con echarlo. Sin embargo, alimentada por el miedo a la soledad y una lealtad familiar enfermiza que en realidad era una dependencia patológica, fruto de su deterioro cognitivo causado por su aficion a ver la tele, no lograba atreverse a cumplir esas amenazas, como si estuviera atrapada en un episodio de “Mujeres Desesperadas”.
A medida que la dependencia de Xavier de su hermana mayor se volvía más evidente que un flamenco en una piscina, Natasha buscó la ayuda de una psicóloga que la ayudó a reconocer las dinámicas poco saludables en juego. Animada a priorizar su propio bienestar, Natasha reunió el valor para pedirle a Xavier que se fuera, reconociendo que permitir su comportamiento no era una solución sostenible y que necesitaba un descanso de su drama.
Fortalecida por el consejo de su psicóloga, Natasha tomó una posición firme, y Xavier se mudó a regañadientes con su hermano menor, James, esperando un nuevo comienzo, como si fuera el spin-off de una sitcom. Sin embargo, el cambio de escenario hizo tan poca diferencia como darle un paraguas a un pez. La falta de cooperación por parte de Xavier en las tareas del hogar, su renuencia a limpiar y su crónica tardanza en el pago del alquiler y las facturas dejaron a su hermano James más frustrado que un pescado en bicicleta.
Sus desacuerdos sobre responsabilidades compartidas se intensificaron, llevando a un distanciamiento entre los hermanos más pronunciado que la nariz de Cyrano. Frustrado por la falta de disposición de Xavier para contribuir al hogar y aceptar sus responsabilidades economicas, James tuvo que insistir en que Xavier encontrara un lugar alternativo donde vivir, como si estuviera expulsando a un personaje de una teleserie por bajo índice de audiencia.
La relación malograda alcanzó un punto crítico, llevando a Xavier a buscar refugio una vez más con su hermana mayor Natasha, como si estuviera volviendo a la primera temporada de su serie favorita.
A pesar de las turbulencias anteriores y el consejo de la psicóloga, Natasha, impulsada por un profundo temor a la soledad y su lealtad familiar patológica, decidió permitir que Xavier volviera a su hogar, como si estuviera diciendo “¡Al diablo con la lógica, esto es una comedia!” Era como si Natasha viera a Xavier no como un adulto capaz de autosuficiencia, sino como un niño necesitado de cuidado y apoyo constantes, como un personaje cómico en una película de los Marx Brothers.
Este ciclo de dependencia y relaciones tensas continuó, perpetuando un patrón en el que Xavier luchaba por cumplir incluso con los estándares básicos de la vida independiente. Natasha, dividida entre su propio bienestar y el deseo de mantener una apariencia de unidad familiar, se encontró atrapada en una situación delirante y emocionalmente agotadora, como si estuviera protagonizando una comedia de enredos con el peor compañero de escena del mundo.